miércoles, 12 de septiembre de 2012

EL INTI RAYMI


EL INTI RAYMI
ING. CARLOS PAICO JOAQUIN




UN VIEJO RITO DE LA FIESTA DEL SOL QUE AUN PERDURA





A fines del mes de junio, al empezar el solsticio del invierno, cuando el Sol se aleja hacia el norte, se realizaba el Inti Raymi, la más fastuosa fiesta del Incanato y la más espléndida de la América precolombina.
Actualmente, el 24 de junio de cada año se realiza en el Cuzco una representación de este majestuoso rito inca, con la participación de agrupaciones folklóricas, que siguen un guión preparado por especialistas de la materia.
En la época incaica, la noche anterior del Inti Raymi se apagan todas las luces del vasto imperio y en la plaza de Huacaypata, hoy plaza de armas del Cuzco, allí se reúnen los personajes más importantes del imperio en plena oscuridad,  el gentío esperaba, en actitud de respeto y despojados de sus sandalias, a que apareciera el dios Sol. Se encontraban allí reunidos, los más altos dignatarios de la nobleza, llegados desde los más recónditos rincones del imperio.
Los nobles, Generales y altos funcionarios, vestidos rica y coloridamente, cargando sus escudos, y esplendidas joyas, se hallaban presentes. Estos, desde tres días antes se habían preparado para este rito, ayunando, alejándose de sus mujeres y masticando el chuncan.
Cuentan los historiadores que hacían esta fiesta al sol como reconocimiento al supremo y al único Dios, que con su luz creaba y sustentaba todo lo que existía sobre la tierra.
La fiesta tenía como significado agradecer al Sol por las cosechas que habían tenido ese año y, solicitarle que las del próximo año sean mejores. Para eso, intentaban detener su alejamiento con sacrificios en los intihuatanas o relojes solares, con el propósito que su luz regrese.
El jefe del imperio, ayudado por los sacerdotes persuadía al Sol, y cuando el Dios se hallaba en el punto máximo de su lejanía, oraban porque se aproximara al Cuzco para fecundar a la tierra con sus poderosos rayos.
La noche anterior a este rico pueblo devoto de Dios Sol, se reunían alrededor del su emperador, sacerdotes e Incas esperando a que el astro rey salga.
Apenas aparecía el primer rayo de luz que rompía la oscuridad de la noche, se iniciaba la ceremonia. El gentío de rodillas y con los brazos abiertos saludaba a su Dios: el sol. El fuego sagrado era renovado. Un brazalete cóncavo de oro se ponía contra la luz solar, cuyos reflejos se proyectaban sobre el algodón desenredado, el cual rápidamente se encendía. El fuego sagrado era llevado al Coricancha, donde las Acllas se encargarían de cuidarlo.
El Inca cogía dos vasos llenos de chicha, brindaba con el sol y vaciaba el contenido de uno de ellos a una fuente que se encontraba ubicado en el centro de la plaza, luego el soberano tomaba un poco del otro vaso, y después lo ofrecía a los demás miembros de la nobleza.
Todos desfilaban después hasta el Coricancha para homenajear al Inti, para más tarde regresar a la plaza Huacaypata. El desfile comenzaba con los estandartes del Tahuantinsuyo, y a continuación venían los soldados con sus armas, los Generales con sus escudos, los orejones, las Acllas, Jefes Supremos de los pueblos conquistados.
Y al final pasaba el Inca con su litera de oro puro, precedido por los Tika- taka, encargados de esparcir flores en el camino.
En la plaza, el Tarpuntay, sacerdote del Sol, realizaba  el sacrificio de una llama, la cual era colocada con la cabeza hacia el oriente. No le ataba las patas, sino que tres o cuatro indios  la sujetaban. Luego abrían al animal vivo por el costado izquierdo, por donde metían la mano para arrancar el corazón con los pulmones, los que tenían que salir enteros, sin que ellos tuvieran que ser cortados. Luego el sacerdote entregaba las viseras al Calpa-Ricuj que hacia los vaticinios, mientras que el cebo lo tomaba el Wirapiruj y hacia sus augurios, observando el humo.
Después, comenzando por el Inca, todos degustaban el sanco (especie de pan de maíz) mojado en la sangre del animal sacrificado, los vaticinios dados por el Calpa-Ricuj y el Wirapiruj eran comunicados al Willac-Umo, quien interpretaba y a s vez comunicaba al Inca. Llevado a cabo esta ceremonia cuando el Sol se estaba poniendo, el Inca ordenaba la algarabía que duraba varios días.
La representación del Inti Raymi en el Cuzco, se realiza en la explanada del Sacsayhuaman, ya que la plaza de armas, la antigua Huacaypata, fue reducida de extensión por los españoles. En lima por la amplitud del espacio se realiza en estadios deportivos.
Cada año, hombres y mujeres, se reúnen en el Cuzco para evocar esta ceremonia.

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